Nunca dejaré de escribir, al igual que nunca dejaré de sentir. Puedo enamorarme de las palabras. Cada verso nos hace un poco más libres aunque vivamos en la cárcel constante de nuestra mente. Incapaz de hacer que las cosas duren. Este país es un despropósito.
El que tenga ojos que vea, el que tenga oídos que escuche, y el que no pueda encontrar la paz que luche.
viernes, 23 de agosto de 2013
miércoles, 21 de agosto de 2013
ya no veo tus ojos
A día de hoy me preparo para escribirte el más bello de mis textos. Bello o roto, no sé qué descripción encajaría mejor. Voy a escribirlo a trozos, cómo dejaste mi corazón. Hoy empezaré contándote que me he despertado soñando con tus ojos. Que he buscado curarme las cicatrices besando otros labios, que aquel vestido dejó de ser para ti. No me lo quitaron tus manos. Sonrío de vez en cuando, aunque también me arrancas lágrimas a veces. No suelo pensar demasiado, lo más duro son los amaneceres, y quizá las madrugadas en las que ya no me hablas. Tal vez algún día pueda verte la cara, o tal vez no. Las decepciones son duras, pero más duro es el tiempo que se nos escapa entre los dedos y que borra cada error, o al menos los disfraza de aprendizajes... Podría escribir un cuento eterno de todo lo que echo de menos. Las miradas de complicidad, las sonrisas sin sentido, los latidos a punto de estallar. Las conversaciones de horas y horas, las lágrimas juntos, el dolor que había en tu mirar, y las tonterías que sólo entienden los niños. Puedo echar de menos hasta el sonido de tu respiración, que nunca llegué a sentir en mi nuca. El mar se ha llevado muchas cosas, me ha desgarrado el alma, recordándome que en alguna parte tú también observas la Luna. La arena bajo mis pies en tardes de tormenta... El desvelo de noches eternas sin tu cuerpo, el dolor de una ausencia que no debería haber sido aquellos días. Días que me costó soportar, pero que al fin y al cabo pasaron, cómo todo supongo. No puedo evitar preguntarme muchas cosas, pues no hay humillación más profunda para mí que tu silencio. Tantas cosas nos quedaron por hacer. Tantas promesas que se diluyeron en vasos de tubo... El verano se convirtió en polar. La gente suele preguntarme que qué me pasa. Yo digo que nada. Porque creo que no me pasa nada. Creo... La alegría que sentí en un mes, me ha ido consumiendo desde que te fuiste. Digo te fuiste, porque aunque nunca estuvieras a menos de 2 metros de mí, te sentí cerca. He tenido pieles a milímetros de la mía, incluso fundidas, y no he sentido a nadie tan cerca cómo a ti. Donde quedaron todas las palabras? Destrozadas. Tiraste por los suelos mi confianza, mis ganas de más, de esperar pacientemente a tu boca. La vida fluye, surge, y aunque creamos que se estanca, nunca lo hace. Sigue. Para mí ha seguido, con sus cosas buenas y malas. Con mis cambios de carácter, mis rayadas. Para ti habrá seguido también... No sé si sentirás que una parte se quedó a 600 kilómetros, yo sí. Me gustaría creer que lo sientes, también me gustaría dudarlo para dejar de malgastar palabras tontamente. No creo que merezcas mis lágrimas, ni esto. Lo hago por mí, para sacar cada puto detalle... Agradezco no sabes cuánto no haber podido tocarte, ni olerte. Ahora estaría mucho más jodida, lo sé. En un par de semanas empezará todo de nuevo, volveré a casa, a esa habitación que me parecerá gigante sin tu voz. Ya se me ha escapado una lágrima. Hasta aquí... Hubiera esperado eternamente si no hubiera sentido las mentiras clavándose en mi pecho. Me comiste el corazón sin masticarlo, luego lo escupiste y lo dejaste desgastado. Ahora... Ahora qué? No sé qué más poner. Me gusta imaginar que vuelves. Pero a la vez lo odio, porque si dejara que te quedases, significaría que no me quiero. Mi coraza era de hielo. Ahora de cemento...
martes, 6 de agosto de 2013
puta mentira, hoy no vine a reprocharte mis heridas
Cómo si mis palabras fueran a taladrarte los oídos, o incluso a reventarte el corazón a puñetazos, a versos, a besos traicioneros. Cómo si fueras a arder en mis entrañas para no aparecer ni una puta noche más en mi cabeza. Escribo cómo si todo eso fuera a cumplirse. Cómo si fueras a derrertirte en cualquier volcán, y no volvieras a respirar jamás. Cómo si cada palabra te alejara unos centímetros de mí. Tus ojos de los míos, bien lejos. Tu piel ardiendo en noches de invierno. Congelados para siempre, sueños truncados e inertes. Escribo para hacerte daño, para deshacer los engaños, y me hago daño. Si me lees, escribo. Si no, me trabo. Me hipnotizo sola, pensando en dejarte sin respiración. Ésta vez no con mis labios en los tuyos, sino con mis manos en tu cuello. Ahogándote en mis pesadillas, en mis desdichas. Te dibujo cada noche en mi techo, y te como. El malestar se hace profundo y mundano, me alejo de lo que siento, de lo que extraño, sólo para odiarte, para refugiarme en mi coraza acorazada. Cada gota de mi sudor te correspondía... Cada nota de aquella canción que retumba en mi cabeza, cada noche al acostarme te destrozo en ella. Y mas me callo por no llamarte y olvidarme de la cortesía y los modales. Por no llamarte hijo de puta bebo en la calle, me fumo el tiempo y aún así no escapo del lamento. Desear dolor a alguien no es síntoma de estar sano de la cabeza, y yo no lo estoy. La sociedad sigue enferma, y mis piernas tiemblan, recordando aquello que ni siquiera sucedió. Se cerraron las puertas y comenzó el invierno antes de tiempo, con el sol quemando y tu voz helando mis párpados.
jueves, 1 de agosto de 2013
AGOSTO
todavía me lo pregunto, si fue,
será o existió en realidad la hipocresía
si de verdad hubo eso que llaman sentimientos.
si cada recuerdo que me pasa por laputa cabeza merece la pena ser recordado. si cada sonrisa fue premeditada, si cada palabra mentía o sentía. Si el dolor que llevo por dentro tú lo sientes o si he de sentirme gilipollas. Me pregunto tantas cosas que no sabría por dónde empezar a escribir ésta historia. So debería quemarte en la hoguera o resucitarte con mis putas lágrimas deshechas.
LAS DECEPCIONES ABREN LOS OJOS Y CIERRAN EL CORAZÓN.
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