El que tenga ojos que vea, el que tenga oídos que escuche, y el que no pueda encontrar la paz que luche.

lunes, 30 de septiembre de 2013

No creas que no te pienso.

Y hoy así porque sí has vuelto a mí, como ente que eres, de ninguna manera corpórea jodida inspiración. La condena de echar de menos fue hecha para que no olvidáramos la humanidad que reside en esos cuerpos inertes que pasean por la urbe... Y soy consciente de que mi ansiedad a veces sólo puede equipararse al contacto de tus labios en mi nuca. O cuándo mis ojos están gritándote en silencio cada anochecer, reclamando el amanecer que me debes. Me dicen que escriba, pero qué escribir sobre tu pelo, que envuelve constantemente mis anhelos, y ellos son parte de mis letras. Sinceramente, prefiero que los envuelvas, y quiero volver a ser lo que era. Dicen que hay cosas que nunca cambian, pero existen otras que por definición son cambiantes, a una velocidad vertiginosa. Te apareces a veces y en vez de curarme el insomnio como antaño, me provocas pesadillas. Necesito de tu humo en mis pulmones para respirar un día más, para no rendirme ante la crueldad del ser humano. Otras veces, tu sonrisa me recupera, me hablas desde la Luna, yo sé que ella te mira y que envidia mi piel como ninguna, por no poder ella si quiera rozar la tuya.

viernes, 13 de septiembre de 2013

Viernes 13

Le quitaba el polvo a las estanterías. Todavía hacía algo de calor. Un libro cuyas páginas estaban escritas comenzó a contarle una historia, y a cada palabra que sus oídos captaban, se esfumaba, e iba dejando las páginas en blanco. Miles de recuerdos al cubo de la basura. Iba dejando aquellos años atrás. Dos meses ya... Y el minutero seguía sin detenerse. Parecía mentira que sin buscar, y con el corazón destrozado había dado con algunas respuestas. Sin embargo dichas respuestas la conducían a nuevas preguntas que jamás se había planteado. Gracias. Todo pasaba demasiado deprisa, y aquel viejo libro quedó en blanco para volver a escribirse, dejándole antes el aprendizaje de vivir el momento... No volvería a dejar que le abrieran el pecho en canal. Nunca. Ahora todo respira, todo sigue su proceso cambiante, aunque haya cosas que nunca cambian. Sonreía. A lo lejos conseguía ver a sus demonios ansiando tocarla y así poder arrastrarla de nuevo. Pero ésta vez no. Todo el dolor que se había convertido en odio, finalmente se materializó en indiferencia. Era viernes. Borrar a alguien de tu vida es difícil. Y hacía justo un mes que alguien se había dedicado a ella, empezaba a ayudarla a borrar. Alguien que se preocupaba en enamorarla quizás, o un pasajero más del tren. Tampoco importaba. La vida cambia de un día para otro... No hagáis planes.