El que tenga ojos que vea, el que tenga oídos que escuche, y el que no pueda encontrar la paz que luche.

sábado, 25 de mayo de 2013

No me gusta dormir contigo una vez a la semana, porque los 6 días restantes mi cama está vacía. No me gusta esperar nada de nadie. Y estás haciendo que espere algo, y estoy aterrorizada.

Luna llena

Me gusta capturar imágenes que nadie más captura. Recordarlas. Sentir un instante y memorizarlo para revivirlo tantas veces como pueda.


Como el calor de tu pecho sobre mi espalda,
o el olor de tu pelo capaz de colocar a un yonki. 
Y yo me considero yonki de observar tus pestañas,
empapadas en calma...

El sol que comienza a entrar por la ventana,
no es capaz de desnudar nuestras almas,
pues están plenas,
y juntas son eternas.

El miedo desbocado cabalga por los vaivenes de mis trenes...
pero yo me aferro a tu pelo lo más fuerte que puedo,
al menos intento retrasar el despertar del sueño.

Imagino una playa, todo el tiempo del mundo,
una playa mágica, alejada de la sociedad enferma,
tú y yo desnudos tumbados sobre la arena caliente.

Sin horas ni calendario, sólo tus labios.

Sentir que nada termina, que los versos escriben solos un poema épico, tétrico si te vas, lisérgico entre tus sábanas...

miércoles, 22 de mayo de 2013

Miércoles

No me hace falta respirar, a tu lado. El tiempo se para cuando se tropiezan tus labios con mis párpados. Sé que me esperas, porque yo te espero. Quizá todo esto sea lo mismo de siempre, un autoengaño pasajero. Quizá no. Adoro esa sonrisa, y tanto que la adoro. Me gustaría llevarte a una playa perdida, lejos de todo y de todos. Las olas surcarían por la orilla como mis manos por tu espalda. Habría arena infinita, como las noches de Luna llena en las que te haría de todo. Serían eternas. El miedo atroz se desliza por debajo de la puerta, pero apenas puedo oír que entra, porque tu risa apaga su leve silbido. Me importa una mierda el ritmo de mis latidos, sólo escucho el eco de los tuyos. Te voy descubriendo poco a poco, los días no pasan en vano, los meses tampoco. 

viernes, 17 de mayo de 2013

May

Sobrevivo gracias a mi empeño por creer que no te necesito. Las canciones de aquella noche se me clavan como agujas, y la tarde gris me saluda, burlona de mi tristeza absurda. He llegado aquí, donde estoy, a través de tus lágrimas translúcidas, surcando tu espalda hasta toparme con el abismo de mi alma. Los muros los he hecho impenetrables, me cuesta más derramar lágrimas que sangre. No dejaré que nadie nunca jamás los escale, lanzaré flechas a los que se atrevan. Incluso me marcharé de todas las camas un poco antes del alba, antes de dejar que vuelvan a corromper mi calmada soledad. Añoro la constancia de tus ausencias, el demonio en tus ojos. El sol brilla de repente y me recuerda que sigo viva, pero dura apenas un instante, como nuestra historia, ahora putrefacta y distante. Vuelvo a escribir pero no es Martes, vuelo cada noche hacia el horizonte, pero me alcanzan mis miedos al amanecer lejos de tu pelo. Una guitarra azota con violencia mis pensamientos nítidos, y me derrota en otra noche más, absorta y no en tus ojos, sino en el dolor de que ahora no me vea reflejada en ellos.