Nunca dejaré de escribir, al igual que nunca dejaré de sentir. Puedo enamorarme de las palabras. Cada verso nos hace un poco más libres aunque vivamos en la cárcel constante de nuestra mente. Incapaz de hacer que las cosas duren. Este país es un despropósito.
El que tenga ojos que vea, el que tenga oídos que escuche, y el que no pueda encontrar la paz que luche.
domingo, 16 de noviembre de 2014
La blancanieves de tus pesadillas, recorriendo la ciudad con una cesta de manzanos podridas. Antaño fue bella, como lo eran tus sonrisas, sinceras. Blancanieves perdió la cordura, se abandonó a los resquicios insanos del ser humano. Floreció tras las sombras de los árboles, se hizo gris en la urbe. Blancanieves no tenía enanos, su obscuro cabello como el ébano, sus labios rojo sangre, te hicieron perder el norte.
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