El que tenga ojos que vea, el que tenga oídos que escuche, y el que no pueda encontrar la paz que luche.

sábado, 21 de julio de 2012

El tiempo destrozó sus labios,
su mirada penetrante quedó vacía ante mis párpados,
cuando ya nada volvería a salvarnos.

Nos hicimos adictos a hacernos daño.

martes, 17 de julio de 2012

Armaduras de escarcha.

Las venas se le rajan desde dentro, 
pensando en el momento 
en el que sus caminos divergieron. 

Pensando en qué perdieron sus labios, 
en qué momento su dolor palió tus daños. 
Aullando en la noche un lobo buscaba presas, 
sediento de sangre, al igual que sus ganas de follarte.




















Quién pudiera ser un jodido oso, e hibernar en el frío insoportable de sus ojos.

martes, 3 de julio de 2012

No me contéis cuentos.

Lo más lógico se pudre cada noche al caer el sol. Creen tener corazón, dicen tener alma, pero luego son tan hipócritas y tienen tantos prejuicios como a los que critican. Dicen no ser materialistas, sin embargo encuentran alivio al adquirir algún bien material, como una droga. Dicen odiar al sistema que los oprime, pero contribuyen a que éste se mantenga. Se quejan de no tener suficiente dinero... suficiente ¿QUÉ? Lloran por nimiedades, ignoran el verdadero dolor, la verdadera impotencia. Se agobian con sus vidas, piensan que tienen vidas de mierda, pero luego odian a los ricos... es un odio con envidia y rencor, por lo tanto son falsos. Odian las modas, pero todos pasaron por alguna, o siguen haciéndolo. Hablan mucho sin saber nada. Presumen de haber sentido, pero en realidad están podridos.

mental isla desierta...

Está preciosa la ciudad, con tus lágrimas lejanas.
Anochece, y habrá otro mañana.
Las velas ondulan en mi cuarto,
la brisa entra por mi ventana.

Qué harás dentro de unos años,
me pregunta el alba.
Sólo tengo ganas de marcharme, cuando todo está en calma.
El desequilibrio de nuestras vidas nos salva.

Yo treparía noche tras noche por tu espalda...




Algo recorre mi cuerpo, caen lágrimas sin tener recuerdos.


Algo se perdió aquel invierno, mientras describías tu vida como un verdadero infierno. Algo hizo que tu encanto se marchara lejos, que el dolor de las palabras nos hiriera a trozos, días que pasaron y meses que han llegado. Todo sigue igual pero a la vez ha cambiado. Miramos hacia atrás por miedo al futuro incierto, huimos del presente para no dañarlo, sangramos por todas partes, incluso cuando no podía mirarte. Creía tus palabras, mientras a otras sólo se les caían las bragas. Amé el odio tanto que la soledad me pidió matrimonio al dejarte marchar, odié tanto sus ojos como un invierno odia el calor...
Escribo y creen que vuelo,
pero mantengo los pies en el suelo.
Cabeza y corazón se baten en duelo,
dolor en pecho busca consuelo.

Te veo y creo que muero,
percibo olor a cuero
en tus más oscuros sueños.
Sus labios penitencia, sus ojos mis dueños.