Amaneciendo vacíos,
creí ver tus ojos en los míos,
sólo era un espejismo.
Tiempo pa pensar,
pa electrocutarme los latidos.
Tiempo pa agarrar,
por la cintura a la Soledad.
Horas de desquicio,
al dolor me vicio.
He perdido la vista,
ya no está en tus ojos mi piscina.
Habrá que caminar,
me dice mi subconsciente.
Estoy harta de caminar,
y encontrar personas que me hacen daño.
Compra una coraza entonces, dice.
La mía está hecha de hielo,
basta que venga alguien con su fuego,
a derretirla y romperme de nuevo.
Su silencio no hace más que alimentar al odio.
La rabia y la impotencia quieren salir,
aunque ya han tenido suficiente.
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