Cuando vienes a rescatarme de las ausencias de domingo,
todo parece un invierno frío y arrepentido.
Cuando deseo que la vida te devuelva el daño,
que me odies con los años, todo lo que yo a ti te odio,
amor mío.
En unos ojos lúgubres se perdió la noche de ayer,
en la que ya no me sostienes,
y la madrugada se torna una arpía cruel.
La desdicha la cambié por la dicha de conocerte,
incluso cuando llegó septiembre con su marcha fúnebre.
Con el corazón derruído y en blanco,
los pensamientos en negro,
el cielo encapotado,
los pies rajados,
pero en el suelo.
Y vienes y vas,
sueños y pesadillas.
Recuerdo despertar,
y que no estabas...
Cuando vienes, se para el tiempo,
eres algo etéreo,
sin forma,
sin normas.
Vienes y me agarras,
te vas y me desgarras.
Y yo soy como un maqui escondido en tus pestañas,
intentando esconderme de la guerrilla de tus miradas.
La revolución de nuestras entrañas,
no será televisada.
Me olvidas, y te callas.
Yo hablo con la luna,
y en la mano una chusta,
en el humo hablas.
Y te vas, y me acorralas,
la certeza se vuelve duda,
las palabras basura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario