El que tenga ojos que vea, el que tenga oídos que escuche, y el que no pueda encontrar la paz que luche.

martes, 3 de julio de 2012

mental isla desierta...

Está preciosa la ciudad, con tus lágrimas lejanas.
Anochece, y habrá otro mañana.
Las velas ondulan en mi cuarto,
la brisa entra por mi ventana.

Qué harás dentro de unos años,
me pregunta el alba.
Sólo tengo ganas de marcharme, cuando todo está en calma.
El desequilibrio de nuestras vidas nos salva.

Yo treparía noche tras noche por tu espalda...




Algo recorre mi cuerpo, caen lágrimas sin tener recuerdos.


Algo se perdió aquel invierno, mientras describías tu vida como un verdadero infierno. Algo hizo que tu encanto se marchara lejos, que el dolor de las palabras nos hiriera a trozos, días que pasaron y meses que han llegado. Todo sigue igual pero a la vez ha cambiado. Miramos hacia atrás por miedo al futuro incierto, huimos del presente para no dañarlo, sangramos por todas partes, incluso cuando no podía mirarte. Creía tus palabras, mientras a otras sólo se les caían las bragas. Amé el odio tanto que la soledad me pidió matrimonio al dejarte marchar, odié tanto sus ojos como un invierno odia el calor...

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