El que tenga ojos que vea, el que tenga oídos que escuche, y el que no pueda encontrar la paz que luche.

viernes, 13 de septiembre de 2013

Viernes 13

Le quitaba el polvo a las estanterías. Todavía hacía algo de calor. Un libro cuyas páginas estaban escritas comenzó a contarle una historia, y a cada palabra que sus oídos captaban, se esfumaba, e iba dejando las páginas en blanco. Miles de recuerdos al cubo de la basura. Iba dejando aquellos años atrás. Dos meses ya... Y el minutero seguía sin detenerse. Parecía mentira que sin buscar, y con el corazón destrozado había dado con algunas respuestas. Sin embargo dichas respuestas la conducían a nuevas preguntas que jamás se había planteado. Gracias. Todo pasaba demasiado deprisa, y aquel viejo libro quedó en blanco para volver a escribirse, dejándole antes el aprendizaje de vivir el momento... No volvería a dejar que le abrieran el pecho en canal. Nunca. Ahora todo respira, todo sigue su proceso cambiante, aunque haya cosas que nunca cambian. Sonreía. A lo lejos conseguía ver a sus demonios ansiando tocarla y así poder arrastrarla de nuevo. Pero ésta vez no. Todo el dolor que se había convertido en odio, finalmente se materializó en indiferencia. Era viernes. Borrar a alguien de tu vida es difícil. Y hacía justo un mes que alguien se había dedicado a ella, empezaba a ayudarla a borrar. Alguien que se preocupaba en enamorarla quizás, o un pasajero más del tren. Tampoco importaba. La vida cambia de un día para otro... No hagáis planes.

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