Que nuestro sudor en tus sábanas desvela
algo que no se atreve a decir cualquiera.
No hacemos el esfuerzo de querernos un poco más
y de buscar como continuar.
Nos limitamos a disfrutar el uno del otro
en un mundo que poco a poco se vuelve más loco.
Tengo mono de la droga de tus labios,
de que me enciendas con rozar mi cuello.
Las ansias me matan,
y las agujas del reloj no descansan.
Quiero sentir dentro,
la explosión de tu lamento.
Que no se detenga el tiempo,
sino mis pensamientos.
Que el viento azote con fuerza la persiana,
que al despertar abras los ojos,
y me veas en tu cama.
Que se esfumen los sueños rotos.
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