Nunca dejaré de escribir, al igual que nunca dejaré de sentir. Puedo enamorarme de las palabras. Cada verso nos hace un poco más libres aunque vivamos en la cárcel constante de nuestra mente. Incapaz de hacer que las cosas duren. Este país es un despropósito.
El que tenga ojos que vea, el que tenga oídos que escuche, y el que no pueda encontrar la paz que luche.
domingo, 16 de octubre de 2011
Ya bueno como todos, pero ya no todo es como antes.
Aún recuerdo aquellos días de lluvia y café. Noches ardientes de comerme a besos tu piel. Caricias alejadas de la realidad y sensaciones inexplicables. Los días de aquel noviembre eran grises, y tú, tú cariño mío, eras la eterna primavera en mis ojos.
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