Todo sigue siendo una real mierda ahí fuera,
qué hacer sin tus poemas de condena eterna,
la muerte acecha en cada esquina, en cada acera.
Una lechuza vuela en la blanca noche,
iluminada por las lágrimas que se esconden.
El atardecer ya no es rojo, sino ocre.
Más allá del deterioro de mis noches,
se esconde un canto leve,
se huele un aroma fino.
Cuando llegamos al fondo del pozo, sólo entonces conocimos la fórmula para subir arriba del todo.
me gusta tu blog, ya tienes un seguidor más
ResponderEliminarMuchísimas gracias :)
Eliminar