Nunca dejaré de escribir, al igual que nunca dejaré de sentir. Puedo enamorarme de las palabras. Cada verso nos hace un poco más libres aunque vivamos en la cárcel constante de nuestra mente. Incapaz de hacer que las cosas duren. Este país es un despropósito.
El que tenga ojos que vea, el que tenga oídos que escuche, y el que no pueda encontrar la paz que luche.
domingo, 30 de septiembre de 2012
desguazados como antaño
A diario me pregunto mil cosas a las que sé que jamás encontraré respuesta. No entraré en detalles de preguntas, porque no es el tema. A diario me duele el alma, y me agobio y echo de menos. Me odio y me quiero, me escondo y huyo de mi misma. A diario acabaría con toda esta mierda, pero a diario también valoro mi vida, y aunque sean pocas, valoro a todas esas personas que están a mi alrededor y que hacen que mis días se hagan un poquito más tragables, o digeribles. A diario lloro, ya sea hacia fuera o hacia dentro, todos lloramos en nuestro interior. A diario me lleno de mierda y me derrumbo, y otros días no tanto. Hay días en los que sonrío sin motivo aparente, y días en los que enfermo de tristeza casi sin darme cuenta. Observo a las personas y me muero de asco por dentro. Hay muy pocas personas y demasiada gente... Supongo que al final del día, lo que me mantiene es mi propia mente, que me dice "vale, otro día más, otro día menos...todavía puedes aguantar un poco más" Me sostiene la idea de que todo algún día cambiará. De que mis días dejarán de ser tristes, de que tendré una vida digna, de que la gente cambiará y el ego morirá. Me auto-convenzo de que toda ésta mierda algún día desaparecerá. Me ato a las utopías. Quizá nos sirva para caminar, aunque veamos ese cambio inalcanzable, en el horizonte, difuso y distante, nos sirve para seguir hacia adelante. Por todas las sonrisas que un día repartimos, las lágrimas que cayeron por nuestras mejillas, la rabia que se nos acumuló en el pecho, el amor que dimos y las mentiras que nos dijeron... Por eso y mucho más, a día de hoy seguimos en pie. Y no importa qué pasará mañana ni que pasó ayer, porque la vida es una puta ironía, y hay que vivir el hoy, con sus cosas buenas y sus cosas malas, con el dolor y las ganas de cambiar. Los abrazos y las puñaladas, las preguntas sin respuesta y las cosas que recordamos con una sonrisa en la cara.
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