Y de repente, me falta algo.
La noche oscura se abalanza sobre mí,
ya ni siquiera recuerdo el día en que me vi a mi misma partir...
"Hago las maletas, me voy de aquí..." (dice mi conciencia).
Y apenas puedo respirar de tanto pensar.
Nos fuimos por las ramas,
se desmadró nuestra cordura,
volvimos loca a la Luna
de tantas noches malas.
A veces mi insomnio es tan fuerte,
que mi cuerpo escapa de mi mente,
en intentos fallidos se queda mi presente,
el futuro incierto, como siempre.
Mis demonios vagan por el desierto de sus penas,
un candelabro lúgubre iluminó nuestra última escena,
como en un teatro, del que el actor no quiere marchar,
nos miramos a los ojos sabiendo, que no había tierra, sólo mar.
Vuelvo a explotar en otras letras, a penas sé qué coño me llena,
y me alejo de mi misma como una presa de las hienas.
Me tengo miedo, mi cabeza explora lugares inexistentes,
impensables para algunos,
pero yo los encuentro siempre,
aunque no quiera nacer de nuevo...
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