La revolución se pudre en sus ojos. Camina hacia el horizonte, y si ya era utópico, éste se aleja todavía más. Las lágrimas corren por sus mejillas, la piel escarchada, le escuece. El sonido repetitivo de un debate político en la televisión, la abruma. Está tan quemada. Pero de repente, abre los ojos. "Si vale la pena, no será fácil." Y se pone manos a la obra.
Gracias a todos los que un día dudaron de mí, gracias a los que me dijeron que era imposible, que no serviría de nada. Y sobre todo, gracias a las personas que caminaron de mi mano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario