Se demacraron tus besos ansiosos y torpes,
recorriendo las calles vacías, veo tu fantasma.
Tu locura quedó atrás para ignorarme.
Para corromper mi alma,
mientras me observas desangrarme
Fui consciente durante unos días del desequilibrio que suponía tu presencia en mi vida. Decidí alejarme, olvidarte, y al cabo de un tiempo te marchaste lejos de mi vientre. Las heridas comenzaron a supurar, tantos años intentando cicatrizar, para que tu ausencia pudra los puntos de sutura de mi alma, y se abran.
Apenas puedo hacer coherente mi carta, mis frases no toman forma, se debilitan ante tu absoluto silencio. Y es otro día más.
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