El que tenga ojos que vea, el que tenga oídos que escuche, y el que no pueda encontrar la paz que luche.

lunes, 21 de mayo de 2012

Desde el abismo se goza de las mejores vistas.

Tu voz me arrebata la fuerza y sin embargo me la da cuando todo parece perdido. Tan dulce me arrebataste el corazón, que me dejo cortejar por las musas del abismo. Cuando estoy tan lejos de mi misma que ni me oigo, parece que mi voz se pierde en un débil ahogo, por querer alcanzar tus oídos. Gritarte y preguntarnos porqué. Salir huyendo de la nostalgia, mirar al cielo con esperanza de que algo cambie mañana. 

Parecía un cuento de hadas, tus manos en mi espalda. Y la puta de la luna tan lejana, dejándome al descubierto cuando salía el alba... 



Ni la desidia me llama, todo parece de cristal en este mar en calma.

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