Nunca dejaré de escribir, al igual que nunca dejaré de sentir. Puedo enamorarme de las palabras. Cada verso nos hace un poco más libres aunque vivamos en la cárcel constante de nuestra mente. Incapaz de hacer que las cosas duren. Este país es un despropósito.
El que tenga ojos que vea, el que tenga oídos que escuche, y el que no pueda encontrar la paz que luche.
miércoles, 19 de junio de 2013
El chirriar del ventilador se vuelve parte del entorno. No hace excesivo calor, pero el tiempo ha cambiado. Pienso en su espalda. ¿Cómo sabrá? O en sus pestañas, si me encerrarán. Me bloqueo. El ruido me sigue taladrando. ¿Qué sensación es ésta? Me entiendo pero no me entiendo. La tristeza se ha desvanecido. De repente, sonrisa. Y así, sin más, su mero pensamiento me recuerda a una canción. La busco y le doy al play.
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