Me encantan sus ojos. Debería bañarme en ellos y alejarme de la irracionalidad de la vida. Dejar de ver el gris de la ciudad y sumergirme en su mar.
Deja que amaine la tristeza,
para conservar la calma.
Métete en mi cabeza,
araña mi alma.
Pero araña mis entrañas con suavidad,
que nadie nos pueda escuchar bajo las sábanas.
Que la crueldad del ser humano se quede a un lado,
que se sanen mis heridas al cerrar tus párpados.
Deja que la lluvia nos empape,
y luego hazme eso que algunos llaman amor.
Deja que te escriba versos sin rima,
porque tu cuerpo es lo suficientemente hermoso,
como para que no importe la estética de éstas letras.
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