Morderte el labio. Que no me repliquen los minutos. Parar el tiempo en tu espalda, hacernos eternos. Que se vayan por el desagüe los años en los que no te encontré. Que me inundes con tu sonrisa, porque haces posible la mía. La tormenta que a tientas, se desliza bajo la puerta. Sentir tu abrazo a kilómetros, me purifica. Callan las palabras y habla el silencio.
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