Hay personas que llegan a tu vida en el momento justo. Y todos sabemos quiénes han sido o son esas personas. La pregunta es ¿por qué? Por una sencilla razón. El mundo está lleno de interconexiones, lazos que unen diferentes y probablemente distantes mentes.
Después de mantener ocupada mi mente,
llega el verano, así tan de repente.
Todo da vueltas, y tus ojos me miran
como un poema insurgente.
La revolución de unas palabras,
en el pecho de quién duerme.
El recuerdo de unos ojos,
que nunca miraste.
Unos ojos en los que nunca te perdiste,
y te llaman locamente para hacerlo.
El Sol brilla sobre el mar,
la Luna llena se acerca,
y traerá buenas nuevas.
Las de su corazón enorme,
que no cabe, pero que lo llena todo.
Unos labios distantes,
esperando a ser besados por el aire
que se escapa de entre mis párpados,
cuando te pienso.
La melodía de una guitarra,
y una voz tenue,
una luz esperanzadora
al final del túnel.
Una lengua antigua y perdida,
que surge de tu boca,
cuando sonríes a kilómetros de la mía.
Un aroma imperceptible,
a jazmín,
y quizá a libertad...
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