Nunca dejaré de escribir, al igual que nunca dejaré de sentir. Puedo enamorarme de las palabras. Cada verso nos hace un poco más libres aunque vivamos en la cárcel constante de nuestra mente. Incapaz de hacer que las cosas duren. Este país es un despropósito.
El que tenga ojos que vea, el que tenga oídos que escuche, y el que no pueda encontrar la paz que luche.
jueves, 24 de enero de 2013
Parece que la angustia cesa
Ésta vez voy a intentar mirar desde otro cristal,
prometo que intentaré no desesperar
cuando se funda la ciudad.
Que la ginebra calme las ansias de volar,
que la paciencia tenga en mi mente algún lugar.
Que las entrañas dejen de sangrar,
por cada cosa que no me das.
Que el frío se torne caliente, y arda.
Ardan nuestras perspectivas,
que podamos arder con ellas.
Y en lo que quede, aunque sea ceniza,
podré redescubrir el placer de observar,
tan sólo observar, nada más,
tu sonrisa.
Sin que nos corra ninguna prisa,
sin que los demonios fusilen a nuestros ángeles,
ni que pueda decir que me dueles.
- El punto que le falta a cada interrogante.
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