Fuiste esa melodía que me hacía sentir viva,
en tan poco tiempo, en pleno invierno.
Fuiste coraje en el abismo,
y desidia dentro de ti mismo.
Me dejaste un vacío extraño,
un hueco entre espalda y pecho,
y el corazón deshecho.
Tan pronto viniste,
y tan pronto te fuiste.
Y no salgo de este estado triste,
tan pronto amor, te rendiste...
El fantasma de tu voz me acosa,
el reflejo de tus ojos en la Luna,
ha salido herida de guerra,
mi mariposa.
La guitarra suena fuerte,
y me recuerda aquella noche
en la que me llevaste a otro planeta.
Ya no me salen ni las letras,
sólo escribo de forma automática,
para paliar ésta alma eskizofrénica,
curar sus heridas.
Continúo el camino, pero se hace tan pesado.
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