Nunca dejaré de escribir, al igual que nunca dejaré de sentir. Puedo enamorarme de las palabras. Cada verso nos hace un poco más libres aunque vivamos en la cárcel constante de nuestra mente. Incapaz de hacer que las cosas duren. Este país es un despropósito.
El que tenga ojos que vea, el que tenga oídos que escuche, y el que no pueda encontrar la paz que luche.
jueves, 7 de febrero de 2013
Vivir por y para la auto destrucción.
Y las ganas de tu sexo me arrinconan,
me hacen envidiar a la Luna,
porque sé que tú la miras,
y a mí no.
El calor se difumina,
no hay tormentas,
veo que mi calma se termina,
y que tu voz no llega.
Poco importa ya,
si nadie me llena,
me preocupa más tener llena la nevera.
La pasión es pasajera,
pero mientras dura,
si no se sacia, parece eterna.
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Escribo si me hacen sentir que vivo,
si me cierran los párpados,
y me dejo caer en las noches de olvido.
Escribo si callas...
si las calles rabia irradian.
Si el dolor asoma,
si no tengo tu aroma.
Mis musas se van si hay desgana,
si entran ganas de saltar por la ventana,
pero sabemos que llegaremos a un mañana.
Aguantan mis desquicios las palabras,
y tú te callas.
Y no llamas.
Entonces yo escribo,
aunque nunca te digo...
Que es más fácil odiarte,
que encerrarte en la cárcel de mi olvido.
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