Vi tan hermoso el silencio, que me aferré a él, confiando en que algún día alguien apreciaría mis silencios, desestimando cualquier gilipollez que pudiera salir de la boca de algunas personas. Imaginé por unos segundos que alguien valoraría el silencio, en un mundo de ruidos y dolor, el silencio puede significar amor. Es por eso que callo, demasiado, piensan algunos. Pero ya se dijo, que mejor que callar si no hay nada que decir. Y sigo convencida de que alguien, algún día, más tarde o más pronto, comprenderá mis silencios y los acorazará con los suyos, para que el ruido del mundo no pueda penetrar en la hermosura de la ciudad muda. Y sus pestañas formarán mi castillo, que se irá volando con los susurros de lo absurdo.
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