Nunca dejaré de escribir, al igual que nunca dejaré de sentir. Puedo enamorarme de las palabras. Cada verso nos hace un poco más libres aunque vivamos en la cárcel constante de nuestra mente. Incapaz de hacer que las cosas duren. Este país es un despropósito.
El que tenga ojos que vea, el que tenga oídos que escuche, y el que no pueda encontrar la paz que luche.
domingo, 17 de febrero de 2013
Tempus fugit
Recuerdo la estación de autobuses,
recuerdo tus ojos tornándose grises.
Las gotas comenzaban a caer,
sabía que te ibas para no volver.
La ciudad reclamó mis lágrimas,
pero yo sólo podía sonreír.
Escuchando aquella canción,
que me recordaba a ti.
Enero pasó, acabaron sus días,
y yo cada vez era más fría.
Todo se fue al traste,
volví a enamorarme de mis desastres.
Del polvo que dejaste,
sobre las estanterías de mi habitación,
de todo el dolor acumulado,
de los silencios con los que hablaste.
Y volví a redimir mis lágrimas,
a escuchar canciones viejas
y a beber más de la cuenta.
No volviste jamás,
yo no podía comprender nada,
sólo sabía que tenía el alma desgarrada.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario