Cansada, y ya está.
Rota, distraída y rota,
muy rota.
Por aceptar tantas derrotas,
por el infierno de la absenta,
un averno que nos ausenta...
Alma callada,
alma acuchillada,
sin ilusión,
sin capacidad de amar.
Alma rota, muy rota.
Me dueles pero me callo, puta.
La Luna está triste,
no disfruta.
Es un Domingo,
de nuevo salgo a morir
en la ciudad,
dónde no quiero estar,
si tú no estás.
Bebo, y ahogo penas y dramas,
pero la resaca las hace flotar,
me pierdo en tu mar,
pero ya no estás.
Y realmente no importa...
Simplemente hemos de aceptar.
Aceptar la situación,
a pesar de su sinrazón.
Continuar, cómo siempre,
no es nada nuevo,
miro al cielo y te pienso,
cómo siempre.
Pero mi alma no se vende,
y menos al Dolor,
menos a tus trágicos despertares.
Y cuando lloro,
ay, cuando lloro.
Sólo me caen las lágrimas de la decepción,
cuando lloro.
Caen las lágrimas de la rabia y el dolor.
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