¿Cómo decirte que me tienes eclipsada?
Que las notas de tu música por mi espalda resbalan,
y que la sonata de tus sábanas me atrapa.
Que eres suave cómo una manta en invierno,
y cómo el polvo del que venimos.
Me desmayo si te miro durante más de cinco segundos,
no quiero existir, quiero que paremos el mundo,
que todo se detenga, tan inoportuno.
Pero que estemos tú y yo.
Que vuelen las palabras que nunca se dicen,
pero que las miradas no callen.
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