Nunca dejar ver mi tristeza aunque mis letras la muestren desnuda y desvirgada.
Aunque mi cabeza explote por tanta miseria y melancolía retenida, en mi cara siempre muestro una sonrisa, el que de verdad entienda mis sonrisas, llorará por dentro conmigo, el que no, continuará sonriendo, y yo me iré alejando, es simple, cómo la primavera después de un crudo invierno.
- El día que no nos haga falta complicarnos, el destino volará grácil y solo, sin necesidad de decisiones.
Mejor me callo, que luego me rayo,
pero por callarme me rayo,
¿qué pasaría si no me callo?
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