Andaba en el parque caminando, el fuego explotaba tras mis pasos. Te vi de frente, mirándome. Sonreíste y me acerqué. No pude evitar abrazarte y besar tus mejillas. Cuando buscaste mis labios con los tuyos, aparté mi cara y te dije: ya no... Me susurraste al oído: poco a poco y volvimos a fundirnos en un abrazo.
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