Reconozco que siempre estuve perdida en esto de sentir. Que siempre tuve miedos y dudas, que unas veces confié demasiado y otras muy poco. Quizá todo lo que he pasado anteriormente me ha dejado huella y ha cambiado mi forma de ver las cosas o de sentirlas. La vida me ha enseñado a andarme con mil ojos. El dolor me ha dejado desgastada. Demasiado dolor quizás. Lo único que necesitaba es que alguien me hiciera sonreír todos los días... por una cosa u otra. A pesar de esto, reconozco que sigo teniendo miedo. Parezco una loca, pero escribir me calma y me hace pararme a pensar en frío. Lo cierto, es que me encanta estar contigo. Vamos a dejar que los días hablen, como habla tu piel sobre la mía cuando me haces el amor. Me pierdo en tus ojos y escapo del dolor del mundo. Me rodeas con tus brazos y se va lo malo. Nadie es dueño del tiempo ni de las sonrisas, nadie puede decidir por donde irá su vida. Supongo que improvisamos sobre la marcha. Yo quiero improvisar sobre ti. En el lienzo de tu espalda dibujaría una isla remota. Y me perdería contigo en ella.
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