mis ganas de verte una vez más.
Yo soy la única que sé donde las puse,
allá donde nada ni nadie pueda influenciarlas.
Donde el viento se las lleve de recuerdo,
a la víspera de tus suspiros,
sigo mirando al frente aunque cueste,
pa no liarme a tiros.
El café de las diez,
me recuerda a tus ojos inquietos,
mirándome otra vez,
y a tus labios indiscretos.
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