Pensar que los labios por los que tanto luché ahora los tiene otra,
pensar en todas las noches que te regalé, sin creer en una derrota...
Ahora estoy aquí, mirando tus fotos y recordando viejos tiempos,
recuerdos quemados por el pasado que ya no quiero recordar.
Pero cada recuerdo sigue enfermizo y latente
en la tumba profanada de mi mente...
Por tus besos, tus locuras,
te juro que algún día moriré
al encontrarme en tus ojos otra vez.
Que sin quererlo me inspiras...
Me devuelves a las noches sin luna en el balcón,
hablando de nuestras vidas,
quejándonos de la falta de amor...
unimos nuestras paradójicas ideas.
Recordaré cada instante a tu lado como si fuese ayer. Por muchos años que pasen la herida más grande, en mi pecho, tú la causaste. Hay cosas que nunca se olvidan, como el primer beso que nos dimos tumbados en el césped de Pisa, o el último en una tarde grisácea por las calles de Valencia...
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