Me dices que vuelves y yo con el calendario parado en punto muerto. Te ahoga el dolor pero aún sigues despierto. Mis manos tiemblan al recordar tus latidos acelerados. Respiro hondo. Es jueves de madrugada. Las calles hacen ruido despiadadas. Pies calientes, el alma helada. Ni un suspiro me salva de no dormir esta noche.
Esperaré impaciente a que llegue el alba y ver que el mundo no ha explotado esta noche. Me quedaré tranquila. Y seguiré caminando.
Somos los nadies, que a la vez quieren ser alguien, perdiéndose entre locura y delirios,
entre diversas heridas y botellas de Larios, entre amigos y hierba, entre amor y mierda.
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