Aún miro tus ojos y recuerdo aquella semana en Roma.
Ahora estoy imaginándome que te enamoras de otra,
que lo nuestro no fue más que una amarga derrota.
El poder sentir de cerca el abismo follándote,
y saber que por muchos años que pasen,
seguiré añorando fundirme con tu piel.
Me pregunto si todo los sufrido por tus labios
merecerá la pena cuando nos vayamos al otro barrio.
Se de sobra que me besarías
en noches tan crudas y agrias como ésta.
Pero mi rabia injustificada ya no me lo permite,
no me permite quererte...
me repudia
y me dice que vaya a buscar otras almas,
con tal de que no sea la tuya.
El lúgubre ulular del viento me susurra
que nunca serás mío,
más que nada,
no me lo tiene permitido.
Aún oigo los gemidos de nuestro pasado,
difuminando las noches más putas
y más frías de la ciudad.
Aún creo sentir el calor de tu pecho,
que pasen 5 años y siga pensando esto...
Y que algún día la vida hará que nos choquemos de nuevo,
aunque no sea para ver un atardecer en las calles de Florencia.
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